Rey Mysterio como nunca lo conociste: «Era presumido»

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Rey Mysterio?! ¡¿Presumido?! Sinceramente, cualquiera podría creer que justamente su nombre nunca fue usado en una misma oración con ese adjetivo. Decir que el ex Campeón Mundial Completo de WWE se comporta de manera errática y engreída es como afirmar que no es uno de los cruceros más icónicos que jamás se calzó un par de botas. Es simplemente impensado. Pero efectivamente, ocurrió.

¿Qué reveló el propio Rey en su autobiografía respecto a lo que le recriminaron los vestuarios sobre su actitud errática? ¿En qué momento de su carrera se convirtió en una persona «presumida y arrogante», y qué hecho lo llevó a darse cuenta de que debía cambiar su modo de vida? ¿Por qué Triple A realmente no tenía grandes expectativas con él originalmente y quién lo apadrinó en esos tiempos? Además, la fascinante historia de la creación de AAA y la caliente rivalidad con CMLL.

 

Rey Mysterio era presumido

Hoy vamos al baúl de los recuerdos, volviendo unas páginas atrás para dirigirnos a los gloriosos años 90. En la primera mitad de la década, más gloriosos incluso para la lucha mexicana que para la estadounidense. Mientras la WWF luchaba por encontrarle un reemplazo a Hulk Hogan y su popularidad iba en decaída, WCW todavía no era la megacompetencia en la que se tornaría a fines de la década.

Y si de competencia hablábamos, el Consejo Mundial de Lucha Libre empezaba a sudar a gota gorda ante la fundación de una prometedora nueva empresa, la Triple A de Antonio Peña, ex alto directivo del Consejo que renunció de la promoción luego de que el Presidente Paco Alonso no estuviera de acuerdo con el rumbo que Peña quería tomar. Así, llevándose consigo a una de las más grandes estrellas en Konnan y apadrinándolo como su estrella principal, creó su propia compañía.

Se trata de una historia sumamente interesante en la que incluso estuvo involucrado el reconocido canal Televisa, queriendo transmitir a ambas empresas al mismo tiempo y creando una atmósfera tensa, una rivalidad instantánea. Hubo éxodo de varios talentos del Consejo hacia AAA, cuyo éxito fue innegable ya desde las primeras presentaciones.

Una de sus más grandes promesas era nadie menos que Rey Misterio Jr, sobrino del experimentado Rey Misterio.

Rey Misterio Jr. ya venía luchando desde hacía varios años como independiente en Tijuana y se había forjado una reputación como un crucero con un futuro brillante. ¿El problema? Era «muy pequeño», tanto que cuando Konnan se lo presentó a Peña, éste quería incluirlo con los minis.

Rey Mysterio de joven mira al horizonte.

En su autobiografía de 2010 «Behind the Mask», Rey recordó cómo transcurrió la conversación entre Konnan y Peña:

— No se va a ver bien con los demás luchadores -le dijo a Konnan.

— Dale una oportunidad -le comentó Konnan-. No lo has visto luchar.

— No sé -le contestó Peña-. Creo que deberíamos ponerlo con los enanos. O los minis.

— Dale una oportunidad. Si no funciona puedes echarme mierda y haz lo que quieras.

Finalmente, el pequeño Rey obtuvo su chance. Supo desde el minuto uno que, por el tamaño que tenía, todo iba a costarle el doble. Konnan le notificó que Peña iba a darle un oportunidad, pero nada estaba decidido. Y como no podía de ser de otra forma, Rey impresionó tanto que al tiempo ya era una de las estrellas más importantes del programa. Esto produjo todo tipo de especulaciones infundadas acerca de la naturaleza del push del de San Diego, con algunas versiones circulando acerca de presuntos favores sexuales, que rápidamente fueron desmentidos en cuanto esos mismos detractores pudieron ver con sus propios ojos el talento intachable del enmascarado.

Lo importante aquí es que, a juicio de nuestro propio protagonista, todo el éxito conseguido tan abruptamente terminó por cegarlo de la realidad.

En su mismo libro, Mysterio se extendió:

La fama se me metió. Los shows televisivos, luego los artículos en las revistas, las entrevistas de radio… no me di cuenta qué estaba pasando en un comienzo. Y cuando lo supe, tengo que decir que dejé que se me subiera un poco a la cabeza. Me volví más engreído.

«Mierda, soy Rey Mysterio», pensaba. Conducía mi Jeep en Ciudad de México y toda la cosa pensando, «soy increíble».

No faltaba el respeto a la gente, pero no pensaba como era debido. Creía que era digno de hacer lo que quería cuando quería. Era presumido, y actuaba con arrogancia. Es un poco difícil de describirlo porque no soy ese tipo de persona en el corazón. Me atrapó el momento. No duró mucho. Algunos de los veteranos trajeron a colación que mis pies no estaban sobre la tierra. Después de eso, volví a mis cabales y actué con más humildad, más como era yo.

Hoy en día no hay luchador que haya compartido vestuario con él que no destaque la humildad del WWE Hall of Famer y la gran persona que es detrás de escena, siempre dispuesto a ayudar a los demás en todo momento y lugar. Por fortuna, el Rey Mysterio arrogante y engreído sólo vivió por unos pocos meses.

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