Stone Cold Steve Austin y su regreso frustrado al ring de WWE en 2005

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Diecinueve años. Ni más, ni menos. Casi dos décadas en las sombras, lejos del ojo público salvo apariciones esporádicas aquí y allá o en programas que no guardaban relación alguna con su verdadero amor, la lucha libre. Prácticamente veinte temporadas sin apretar el acelerador, oliendo las flores y hablando de su carrera en pasado. Mucho, ¿verdad? Para darnos una idea, un aproximado a lo que le hubiera tomado revivir dos veces más su etapa como el hijo de perra más duro de la historia de WWE. Y así como bastante agua pasó bajo el puente, oportunidades de regresar jamás faltaron. La pregunta es, ¿por qué en WrestleMania 38? ¿Qué había de diferente en el aire en 2022? Pues mejor tarde que nunca, y esa es la última palabra porque Stone Cold Steve Austin lo dijo…

¿Qué movidas políticas tras bambalinas evitaron que Stone Cold vs. Hulk Hogan ocurriese en WrestleMania 18? ¿Cómo se gestó el regreso de Austin en 2005 y qué trucó los planes de salir del retiro? ¿Qué conocido nombre de UFC casi firma con WWE y qué inmoral pedido le hizo Vince McMahon? Además, los desacuerdos creativos entre Austin y McMahon que hicieron abortar el plan, y la tensión entre ambos a causa de ello.

 

Abril de 2021. Talk is Jericho. Chris quiere sacarse una duda y se la plantea a su invitado: ¿consideró en alguna instancia de las últimas dos décadas desempolvar las botas? Y Austin contesta:

No realmente, hombre. Vince intentó convencerme de que volviera un par de veces, pero la cosa es, Chris, que amo demasiado a la industria. La quiero más que ningún otro. Me dolió mucho dejarla, y a mi modo de ver, ¿cuál es el punto de regresar por un solo combate? ¿Qué tengo que probar? ¿Qué van a recordar [los fans]? El dinero no es lo importante.

Me llevó un largo tiempo, casi tres malditos años superar el hecho de que había dejado el negocio… Y regresar para volver a engancharme por una sola lucha sería anticlimático. Voy, lucho, hago el finish que sea, la gente se va a su casa, ¿pero qué ganaré a la larga? ‘Stone Cold retornó y el encuentro tuvo tres estrellas y media de cinco de acuerdo a Meltzer’. No vale la pena. Y aún si me fuera de maravillas, ¿qué? Tuve que decir, ‘aléjate de eso, hombre’.

El par de veces que Vince McMahon intentó convencer a Austin quedaron registradas por los medios luchísticos en su momento. Un puñado de ellas, cuanto menos. No repararemos en todas (ya habrá ocasión más adelante), sino que enfocaremos nuestra atención en la vez que más cerca estuvo, aquella oportunidad en la que fue tan lejos como para dar el sí y su nombre fue anunciado entre bombos y platillos, sólo para bajarse a último minuto por… Bueno, ya veremos por qué. Una situación que extrañamente no se recuerda mucho, así que ¡refresquemos esa memoria, luchamaníaco!

La cocina fallida de Stone Cold vs. Hulk Hogan

En vísperas de Taboo Tuesday, 2005, WWE presenta el especial de Monday Night Raw Homecoming, un megaepisodio en el que se celebra «la vuelta a casa» que supone el regreso a la señal USA Network luego de cinco años en Spike TV.

Con tinte de PPV (de hecho se vendió en DVD, algo muy inusual para ser un programa semanal), el show es techo de varias luchas de envergadura, abriendo con el épico Kurt Angle vs. Shawn Michaels en un Iron Man match de 30 minutos, seguido por el capítulo final del controversial triángulo amoroso con Lita entre Edge y Matt Hardy en un Loser Leaves Raw Ladder Match, y cerrando con la defensa del Campeón de WWE John Cena enfrentando a nadie más y nadie menos que el Gerente General de la marca roja, Eric Bischoff.

La noche está cargada de acción y sorpresas a la altura de las circunstancias. Una de ellas es Hulk Hogan, brother, quien aprovecha los pocos minutos de micrófono al lado de su viejo compinche «Mean» Gene Okerlund para hablar de que horas antes había visto «a un individuo salir por la cortina», «a un hombre en el ring esta noche…». Es aquí donde se detiene y escucha a un aficionado pidiendo por Austin, que contagia a otros miles y pronto se transforma en un solo cántico masivo. En este punto el Hulkster es todo oídos y, aparentemente, inspirado por la afición y un profundo deseo propio también, se sale del guión y proclama: «¿Qué harían todos estos Hulkamaniacs si Hulk Hogan subiera a este ring con esa Serpiente Cascabel de ‘Stone Cold’ Steve Austin?». Y el público explota en un rugido.

Hulk Hogan reta a Stone Cold Steve Austin en Raw Homecoming

Los grandes entendidos recordarán que un mano a mano entre ambos competidores estuvo en discusiones prematuras de cara a WrestleMania X8 tres años antes, quedando en la nada misma luego de que Austin diera el no, argumentando que sus estilos luchísticos diferían demasiado. En su lugar, Hogan colisionaría ante The Rock en un clásico de clásicos que nos hizo olvidar de cualquier plan original.

Unos meses antes de Raw Homecoming, Hogan es exaltado al WWE Hall of Fame. En una de las tantas ovaciones que recibe en el transcurso de la ceremonia, los cánticos de «one more match» no pasan inadvertidos y la respuesta del veterano es no-verbal, pero clara: mira desafiante a Austin, que observaba el espectáculo desde la primera fila. Y tampoco acaba ahí. Porque si nos vamos al año siguiente, 2006, y nos ubicamos otra vez en la ceremonia de introducción, los roles se revierten y ahora es Austin el que está parado en el estrado (para introducir a Bret «The Hitman» Hart), pero en vez de «one more match», la gente hace saber directamente las ansias por un Austin-Hogan, cuestión que Stone Cold no evade:

«Estaba revisando mi mochila en los vestuarios y encontré una barra de ‘Whoop Ass’ con el nombre de Hulk Hogan en ella». Otro estallido. Pero indirectas e implosiones de lado, por una cosa u otra, aquel dream match nunca vio la luz. El de The Rock en el décimo noveno aniversario de la Vitrina de los Inmortales siguió siendo el canto de cisne del texano y de esa posición no se movió hasta su mano a mano con Kevin Owens en Mania 38. Salvo por una excepción. Y no, no tiene nada que ver con CM Punk y el cruce de filosofías a la hora de promocionar un nuevo videojuego de WWE. Tiene que ver, de hecho, con la vez que acordó retornar, puso el sello, la firma, se dejó ver y estaba listo para patear traseros… ¿o no? Ya veremos.

• Su regreso frustrado al ring de WWE en 2005

WWE Homecoming. 3 de octubre de 2005. Allí estamos de nuevo, y para conmemorar esta fecha tan especial, como buen Presidente y CEO, Mr. McMahon sale a escena para celebrar la ocasión. Todo muy bonito y agradable, pero si McMahon está en el cuadrilátero y un tal Stone Cold anda por los alrededores, no hay remedio posible: tarde o temprano estarán chocando cabezas. De modo que Austin dice presente y antes de lo que canta un gallo, ya le deja viendo estrellas, Stunner mediante, para no perder la costumbre. Acto seguido es Shane O’Mac quien aparece. Otro Stunner para él. Stephanie no se queda cruzada de brazos y le dedica unas palabras poco amistosas. Stunner se ha dicho. La cosa se pone más y más tensa, cuando sale la madame de la familia, Linda, que intenta hacer entrar en razón a Austin. En qué estaba pensando, no sabemos. Otro Stunner para ella. Por si las moscas.

Stone Cold ataca a Vince McMahon y toda la familia en Raw (2005)

Hasta aquí, nada fuera de lo ordinario, ¿cierto? Sucede que McMahon ya había padecido suficiente de Austin en el pasado, y estando hasta aquí de ser su bolsa de boxeo, a la semana siguiente en Raw, resolvía que alguna cabeza debía de rodar antes de finalizar la noche, sin importar quien fuese. A medida que pasaban las horas, la víctima era toda una incógnita. Aunque no por mucho tiempo…

Llegado el momento, la persona apuntada fue acaso la más inocente. Jim Ross, el querido e inocente comentarista, debía hacer las maletas. ¿Por qué el viejo y confiable JR, maldita sea? Te debes de preguntar: resulta que JR era el testigo más cercano de lo ocurrido y nada había hecho para detener a su amigo, Austin, desatar la furia contra sus superiores. Cuestión: Linda se encargó de despacharlo esa esa misma noche. Y como souvenir de despedida, lo saludó con un golpe ahí, al fiel estilo familiar.

En verdad, los doctores habían hallado complicaciones en el colon de Ross, que llevó a una operación y un prolongado tiempo de reposo. A raíz de esto, WWE posó su mira en la voz principal de la UFC, Mike Goldberg, haciéndole llegar una oferta muy jugosa con un plus de seis cifras por no asistir al siguiente evento de la grande de las MMA. Goldberg, que admitió la veracidad de esta historia, prácticamente fue decidido a informar de su partida a las oficinas de UFC, pero salió de ellas con un gran aumento y rechazó la oferta de WWE.

Detrás de cámara, McMahon vio ésta como una oportunidad orgánica para concretar un anticipado regreso de Austin, de 41 años, a dos años de su retiro. El dinero no era poco, como era de esperarse, y el objetivo consistía en pactar un encuentro entre el ex Campeón de la WWE y Jonathan Coachman, que en la storyline se aliaba con los McMahon como el heel announcer sustituto de Ross. Todas las partes dieron el visto bueno y se dieron las manos.

Al poco tiempo, Stone Cold ya había vuelto con otro de sus triunfales regresos, causando disturbios en la zona de aparcamiento con una camioneta personalizada, dirigiéndose al ring y retando a Mr. McMahon a retractarse por sus acciones. Quien acudió fue Stephanie, que con el apoyo de Coachman, propuso a Austin la posibilidad de que su amigo JR recuperase el trabajo si es que él lograba vencer a The Coach en el próximo evento, Taboo Tuesday. Pero de perder, tanto JR como Austin… patitas a la calle. Austin aceptó, aunque antes de bajar el telón dejó un recado a su rival: baño de cerveza, regalo de la casa.

• Desacuerdos creativos, un accidente y todo se vuelve confuso

Siete días después, durante una nueva emisión de Raw, WWE afirmó que Austin iba a hacer acto de presencia esa misma noche para confrontar a The Coach. Asimismo, dado que el PPV tenía la característica de ser el más interactivo con la afición hasta la fecha, se expusieron tres potenciales estipulaciones que el público podía votar para la lucha en cuestión: (a) una competencia de pulsos, (b) un debate verbal o (c) una lucha Street Fight. Los espectadores presentes no vacilaron un segundo al ovacionar esta última opción, a lo que Coach se levantó de la mesa directo hacia el encordado e, inflando el pecho, retó a salir a su adversario.

El sonido de vidrio rompiéndose resonó en la instalación y no hubo un fanático que no se levantara enardecido de su butaca, a tiempo que la camioneta con la calavera ingresaba y de ella salía… Stephanie McMahon. Como buena heel, Steph fue la portadora de las malas noticias. Y lo hizo con gracia: Austin no estaba allí. Peeero volverían a saber de él la semana próxima. Los abucheos no se hicieron esperar y sólo podrían haberse intensificado con una sola cosa: si se hubiera dicho lo que en verdad estaba sucediendo en bastidores.

Porque por esas horas, el acuerdo original peligraba de sobremanera, si es que no podía darse por descartado al completo. Según los rumores del momento, Austin apretó el freno de mano en cuanto supo que el plan que había ideado Vince contemplaba la posibilidad de que Coachman le venciera en el medio del ring. No de forma limpia, eso seguro, pero sí de una manera que, sin importar el resto, terminaría con un simple y cobarde narrador cubriéndolo; 1, 2, 3, ring, ring, ring.

Aquello fue suficiente para que Austin meditara mejor el panorama y diera un paso al costado. Aunque hay más… Y es que había un compromiso legal que cumplir. Austin había dado su palabra y ahora debía presentarse a Taboo Tuesday, así lo había acordado… y puesto que se había predeterminado oficialmente que si Austin ganaba la contienda JR debía volver (algo imposible fruto de dicha intervención quirúrgica), debía estar dispuesto a ser vencido.

Naturalmente, la salida de Austin no cayó muy bien en la directiva, especialmente en Vince, que rompió todo lazo con él por los siguientes seis meses, enfurecido por la situación, pero más que nada por las formas: y es que, a pocos días del PPV, Steve Austin se quiso zafar contractualmente alegando que se había lesionado moviendo muebles en su casa y, en consecuencia, no tenía el alta para calzarse las botas. La alternativa era presentarse altamente medicado, cosa que prefería no hacer. Vince le dio la derecha, aunque no sin resongar.

En definitiva, otro WWE Raw llegó y al coincidir las fechas, se realizó el habitual tributo a Halloween, donde Coachman destacó por un cosplay del rival con el que, en teoría, debía verse las caras en cuestión de días. La falsa promesa acabó en ese mismo episodio, cuando Mr. McMahon interrumpió el discurso de su secuaz para informarle que debido a «algún tipo de accidente» —un sutil dardo—, el favorito de todos finalmente no saldría del retiro en Taboo Tuesday. En cambio, anunció a Batista como sustituto, un revés que nadie anticipó puesto que el entonces Campeón Completo ninguna relación guardaba con lo acontecido. Para intentar compensar el cambio de planes y añadir más interés al encuentro, Coachman reveló las vueltas de Goldust y Vader como sus guardaespaldas para el evento, lo que no impidió que a la hora de la verdad, al sonar la campana, Batista se deshiciera de él en un breve squash de tres minutos. Y Austin… ni siquiera apareció.

El trío improvisado de Goldust, Jonathan Coachman y Vader en 2005.

El tema del regreso frustrado de Stone Cold Steve Austin a los cuadriláteros de WWE fue tocado por Jonathan Coachman durante su visita a la plataforma de podcasts Add Free Shows en 2021, y lo que tuvo para decir no dejó muy bien parado a la gran estrella de la Attitude Era. ¿Por qué se canceló la batalla? Esta fue su versión de los hechos:

No se presentó. Es la verdad. Sintió que [la storyline] estaba por debajo de su nivel, así que no apareció. Y no fue la única vez que lo hizo. No es que siga enojado hasta hoy, simplemente hubiera deseado poder canjear ese cheque. Porque no me lo dieron. Cuando luchas con Stone Cold te pagan más. De todos modos no le guardo rencor porque tuvo una larga carrera, hizo muchas cosas, fue una gran estrella y yo en efecto no estaba a su nivel. Pero en esa instancia en particular, no diría que era su mejor momento.

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